Juguetes clásicos que debes probar

Los primeros juguetes eróticos fálicos datan del Paleolítico, durante miles de años se utilizaron como símbolos para la fertilidad.

Cuenta la leyenda que fue Cleopatra quien utilizó por primera vez un vibrador utilizando una calabaza seca y hueca en la que metió abejas para que al revolotear dentro de la calabaza produjeran vibraciones.

A pesar de la sofisticación y modernización actual de los juguetes sexuales se siguen demandando los más clásicos porque son básicos, sencillos, fáciles de manejar y pueden usarse tanto en soledad como en compañía.

Juguetes clásicos más solicitados por mujeres

• Los dildos o juguetes fálicos sin vibración y con aspecto realista más clásicos son de caucho o goma o plástico rígido ABS. Actualmente hay otros de muy buenos materiales: silicona de grado médico, platinum o líquida, libres de ftalatos y látex, altamente flexibles. Pueden usarse tanto vaginal como analmente y al no llevar motores que los dotan de vibración o movimientos son más baratos.
• Las balas vibradoras son de tamaño pequeño para llevar a cualquier parte, no suelen medir mas de 10 cm y concentran vibraciones muy fuertes. Tienen mucho éxito las que simulan un pintalabios.
• Las bolas chinas, también conocidas como bolas vaginales. Cuentan que las usaban las cortesanas japonesas para preparar sus vaginas para sus encuentros sexuales. Ahí se dieron cuenta que además de lubricar también fortalecían las paredes vaginales y el suelo pélvico. 

Juguetes clásicos más solicitados por hombres

• Las anillas de pene son un clásico entre los hombres, muy antiguamente se hacían con párpados de cabra de manera que las pestañas servían para estimular a la mujer. Las anillas permiten mantener la erección, retener la eyaculación y tener mas sensibilidad. Actualmente hay muchísima variedad y de diferentes materiales: goma, silicona o metálicas.
• Los masturbadores masculinos simulan vaginas, bocas o anos y se utilizan para introducir el pene y estimularse. De materiales muy adaptables y con texturas diferentes llegan a cumplir la función de succionar o vibrar, incluso los hay que se calientan.

Aunque su apariencia sea sencilla, los juguetes clásicos pueden ser tan placenteros como los más sofisticados; para que sean más prácticos ya empiezan a ser recargables sin necesidad de llevar pilas.