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El Big Bang proporciona una visión descarada y carcajeante -y muy ilustrada- del pecado original.
Da lo mismo si acabáis de entrar en el juego u os consideráis verdaderos campeones, si vivís en la soltería más desinhibida o en el matrimonio con hijos, si sois hetero, gay o algo entre medio: nunca más lo haréis igual que antes.
